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La democracia actual.[1]
“Ya estamos cerca del día de las elecciones generales. Dicen que ejercer el voto en las urnas es el acto democrático de mayor libertad por excelencia.
Creo firmemente que estamos en un momento de cambio, en un momento de importantes trasformaciones a nuestro alrededor, que van a dar de lleno en la línea de flotación de nuestro sistema actual, tal y como lo entendemos ahora.
Enumero y cito una serie de ideas inconexas que quizás, alguien en algún sitio, pueda conectar algún día respecto del momento actual que nos atañe.
El consentimiento sin consentimiento. El gobierno asumido de unos pocos sobre la masa social.
Ya en 1950 Bernays hablaba de las crisis de las democracias en lo que ocurre cuando poblaciones más o menos pasivas se organizan para entrar en la arena política y perseguir sus bienes y reivindicaciones con lo que supone de amenaza contra la estabilidad del orden. Así ocurre, tal y como explica Bernays con el sufragio universal o la escolarización universal. La burguesía ha tenido miedo de todo esto, pues las masas prometían en intentaban llegar o jugaban a mandar y ser el rey. Así, se han inventado y modelado métodos para modelar la mentalidad de las masas. Hablamos del gobierno que ejercen unos pocos sobre muchos, y que se ha repetido a lo largo de la historia, (y también en la actualidad con la influencia que ejercen los mercados, verdaderos gobernantes y hacedores de las políticas actuales) en lo que se denomina la teoría del consentimiento sin consentimiento. Así el pueblo debe de someterse a sus gobernantes y basta con dar un consentimiento sin darlo, es lo que se conoce como el consentimiento sin consentimiento. Ese consentimiento se obtiene por la fuerza en regímenes que conocemos o mediante la estratagema que la opción liberal y progresista denomina “manifactura del consentimiento” a través del control de la opinión pública.
En definitiva el uso de la propaganda para el manejo de la opinión pública es muy útil para este tipo de actividades. Esta teoría cimentada y asentada sobre la manipulación de la opinión pública respecto de que el liderazgo (de uno o de unos pocos) gestiona el sistema del libre comercio y de la libre competencia.
No es bueno por lo tanto el diálogo, la participación ciudadana y también la participación en la vida pública como el liderazgo y el moldeado del pensamiento único y uniformado.
Dewey, uno de los principales filósofos del SXX y figura del liberalismo en América del Norte sostuvo que la democracia tiene poco contenido cuando el gran capital gobierna la vida del país a través del control de los medios de producción, comercio, publicidad, transporte, comunicaciones, además de mandar y controlar la publicidad y la propaganda. Sostenía, al hilo de estas cuestiones, que en una sociedad libre y democrática, los trabajadores deben de ser los dueños de su destino laboral y no herramientas que alquilan los patronos.
La teoría del consentimiento de los gobernados significa que una sociedad que acepta que debe de ser controlada y gobernada. Parece ser que incluso hasta los gobernantes más crueles juegan con esa opción, la del consentimiento de los gobernados, que consiguen por supuesto mediante la fuerza.
En definitiva que Hume ya hace doscientos cincuenta años ya se intrigaba porque unos pocos gobernasen a muchos sin que nada ni nadie protestase, entregando su sino a quienes les gobiernan.
Una novedad del neoliberalismo; las malas ideas.
Las políticas de desarrollo económico se hallan cimentadas sobre una base considerada mala o sobre lo que se denominan “las malas ideas”
Las malas ideas se han convertido solo en buenas cuando han beneficiado a los arquitectos macroeconómicos. Así los ejecutores o planificadores pueden salir muy bien parados pero sujetos del experimento pueden y suelen salir vapuleados. Brasil desde el año 1945 y su llamada norteamericanización ha sido un banco de pruebas de los modelos científicos de desarrollo industrial sólidamente basados en el capitalismo. Los inversores extranjeros en su mayoría americanos obtuvieron beneficios y los planificadores pensaron que la población brasileña también se beneficiaría haciendo las cosas buenas intenciones. Solo se beneficiaron unos y el país bajo un gobierno militar se convirtió en la favorita latinoamericana de la comunidad financiera internacional a la vez que el Banco Mundial informaba que informaba que dos terceras partes de la población no tenían suficiente para actividad física cotidiana. Los ejemplos son muchos; México y aplicación a las reglas del Consenso de Washington.
El desarrollo de algunos países.
Parece claro que los países que más se han desarrollado son los que han logrado librarse de los raros experimentos de las malas ideas. Parece claro que Europa se desarrolló y también Estados Unidos. El cómo lo hicieron es imaginable, violando claramente la doctrina del mercado libre y estableciendo protección a sus mercancías frente a la competencia de otros. Lo hizo Gran Bretaña con la India a inicios de siglo con el acero, Estados Unidos con la esclavitud y el algodón. Pero lo que entonces y en la actualidad subyace no es otra cosa que la intervención encubierta del estado en estos procesos a través de la concesión de ingentes cantidades de ayuda pública, tanto a clústers económicos como a empresas.
¿Microsoft o Apple pueden tener que ver algo con ese ingente desarrolló?
En Europa que ocurre con la PAC.
El consenso de Washington.
El consenso de Washington. Es un conjunto de principios de orden neoliberal que favorecen al mercado, diseñados por Estados Unidos e instituciones financieras internacionales, los cuales se han puesto en práctica de diversas maneras; para las sociedades más vulnerables en forma de rigurosos programas de ajuste estructural. Las reglas básicas son las siguientes: liberalizar el comercio y las finanzas, dejar que los mercados creen los precios (conseguir precios correctos), acabar con la inflación (estabilidad macroeconómica) y privatizar. Así el estado debe de quitarse de en medio. La prensa económica ha hablado incluso de una nueva era imperial. Así, esto debe de servir para recordarnos que los rectores de nuestros designios en materia económica no son agentes independientes sino reflejo de la distribución del poder en la sociedad.
Así, ya Adam Smith señaló que los principales arquitectos de la política inglesa eran los comerciantes y los manufactureros, los cuales utilizaban el poder establecido hacia sus propios intereses.
Así los principales arquitectos del consenso neoliberal de Washington son los señores de la economía privada que se corresponden con las grandes corporaciones que al final controlan la mayor parte de la economía internacional y que también tienen medios para modelar la política y estructurar ideas y opiniones. Es después de la II Guerra Mundial cuando EEUU pretende asumir la responsabilidad del sistema capitalista, evidentemente por su propio interés. No somos nada.