sábado, 3 de diciembre de 2011

Petrechema







Algunas veces parece que las cosas son más fáciles y es que la ascensión a Petrechema, en el Valle de Ansó (Linza) es una de esas excursiones que a pesar de que salvan 1010 metros de desnivel, es tan agradecida como hermosa.

Comenzamos la excursión en la explanada del refugio de Linza. El valle, a pesar de ser finales de noviembre está todavía a medo camino entre el marón y el verde. Ya es hora de que lleguen las primeras nieves pero estas parece que todavía se resisten a llegar. Seguramente, ahora, mientras escribo este artículo, una fina capa blanca estará ya llenando la explanada del refugio y las pistas de esquí de fondo; como cada invierno, como cada año.

Y es que el ciclo de la vida se repite, y todos los años vienen inviernos pero ninguno tan extraño como este, que a 26 de noviembre todavía conserva los colores del otoño más acentuados.

La senda se vuelve cómoda y fácil después de salvar las primeras rampas, y dejar detrás el refugio y la imponente pirámide del Txamantxoia o pico Maz hasta llegar al Cubilar de Petrechema, que inicia la subida al collado. Estamos a 1630 metros y los verdes prados de otoño todavía huelen a estiércol de oveja. Hemos recorrido 2 kilómetros y llevamos 28 minutos de caminata. Desde este punto al collado todavía nos queda media hora. A la derecha ya al inicio, hemos dejado la Foya del Inxeniero y el Paso del Onso, pasos naturales también al vecino vale de Lescún y pistas de esquí de fondo en invierno.

El collado de Linza es un punto estratégico en la ruta. Es una maravillosa explanada de la que parte una senda a media ladera. Esa es la senda que tenemos que tomar. El descenso hacia abajo nos precipitaría hacia la Mesa de Los Tres Reyes, prácticamente inexpugnable en estos momentos del año, ya que el intenso frío a esta altura ha hecho que los pocos resquicios de nieve helada que hay, se hayan acumulado en todas y cada una de las rocas del peligroso ascenso. Estamos a 1990 metros de altura y llevamos 1 hora y tres minutos de recorrido. El viento es insoportable y casi ni nos deja comer algo para proseguir el recorrido.

La cima parece fácil y próxima pero cuando el sendero comienza a salir del collado, te sisntes pequeño, allí, después de haber adelantado a un grupo de jóvenes que iban a las cabañas de Lescún en el lado francés.
Es todo tan grande, y tú eres tan diminuto, allí, entre la divisoria de la Mesa de los Tres Reyes y la propia cima de Petrechema, que solo el silencio se ve surcado por una ráfaga de viento que desciende de tres bicicletas de montaña que bajan por la arista de la cresta a toda velocidad, jugándose sus vidas; allí, todos, solos; en medio de la nada.

La cima, después de crestear un buen rato, a demás de viento aguarda un sorpresa bastante increíble; una vista del circo de Lescún y de las Agullas de Ansaberé sencillamente espectacular. En este momento después de 1hora y 50 minutos, estamos a 2420 metros de altura. Las vistas son espectaculares y el cielo está bastante despejado. Ahora solo toca bajar.

Si quieres conocer todos los detalles de la ruta y llevarte una agradable sorpresa pica en el enlace satélite del mapa y en view full workout data del mapa.







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