Es uno de los montes míticos de nuestro Pirineo Occidental que hace muga con Navarra y con Francia.
Lo cierto es que el Valle de Ansó es uno de los valles pirenaicos más verdes y húmedos debido al buen número de precipitaciones que caen durante todo el año y por su carácter eminentemente atlántico. Pero este día, todo el valle estaba bastante seco y los prados verdes y frondosos de antaño, ahora casi eran amarillentas praderas casi sacadas de la estepa africana. El viento en sus fuertes rachas, arrastraba oleadas de polvo seco que hacían que tuvieras que cerrar los ojos. Y para muestra un botón. Esta es la foto del collado a 1990 metros de altura con la pirámide del pico Maz, Txamantxoia al fondo.
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| Collado de Petrechema. |
Pero dejando a un lado esa pequeña decepción de encontrarme con una postal bastante poco corriente, la excursión fue magnífica y realmente dura. El refugio de Linza marca el inicio de la excursión a unos 1400 metros de altura. La ascensión hasta el collado quizás es la parte más hermosa, pues ésta se realiza por verdes praderas y exquisitos mantos de hierba verdes, ahora amarillentos, surcados por un sendero muy evidente y marcado. Esta primera parte de la ascensión se comparte con la subida a Petrechema.
Es a partir del collado donde la senda vuelve a descender ya con la perspectiva, a un lado del Petrechema y al otro de la Mesa d ós Tres Reis.
Parece que el sendero vaya a irse hacia otro lugar distinto al de la cima, cuando de repente vuelve a girar a la derecha para encontrarnos, media hora más tarde, con la Foya d´a Solana. Llevamos aproximadamente una hora y veinte de excursión y estamos extenuados. Hasta llegar aquí hemos intentado trotar por el monte, aunque más que trotar es un andar rápido solo aprovechado en los momentos de descenso, de allí que los tiempos sean algo inferiores a los que se harían caminando.
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| Indicaciones en a Foya d ´a Solana. |
Unos veinte minutos después y tras ver en las indicaciones que todavía nos queda una hora y cuarenta y cinco minutos, es decir, casi la mitad de la excursión, topamos con la inmensa mole de la Mesa en todo su esplendor.
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| Cima de a Mesa. |
Solo queda ascender todo esto. Bueno pues a por ello.
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| Divisamos la cima muy cerca. |
Después de caminar y correr unos veinticinco minutos, hace su aparición de repente una zona de lapiaz, antes de afrontar la ascensión final. Debemos caminar con cuidado para evitar torceduras en los tobillos.
La imagen de la cima de la Mesa nos acompaña, imponente, devolviéndonos continuamente a la realidad del duro tramo que nos queda.
A partir de aquí y tras salvar un leve descenso, estamos a 2180 metros, solo nos queda afrontar la dura parte final. Ésta, es la típica de todas las ascensiones pirenaicas en las que el predominan las rocas y desaparece por completo la vegetación.
Tras superar algunos tramos en los que es necesario trepar algo con las manos, divisamos la cima muy próxima. Ya estamos a 2290 metros. Solo nos queda el asalto final.
El camino se estrecha y la senda asciende casi vertical. Solo nos queda salvar un tramo en el que hemos de usar las manos para trepar. De repente, y tras salvar una especie de recodo, accedemos a la cima. En ella encontramos una réplica del Castillo de Javier. Es un momento magnífico. Parece que las líneas de las mugas de los tres reinos pasen por delante de la cara trazadas por cuerdas imaginarias sujetas en por las cimas de los montes próximos. Solo así podemos dejar libre nuestra imaginación y retroceder unos cuantos siglos atrás, cuando los reyes de Aragón, Navarra y Francia, debían reunirse en la cima para dirimir algunos tratados y Facerías. Aunque, que eso fuera así, parezca hasta difícil de imaginar.
Dejando a un lado estas cosas, quizás las imágenes desde lo más alto con el Circo de Lescún al fondo y el Lac de Lhurs son lo más sobrecogedor de una cima mítica e interesante.
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| Desde la cima con el Circo de Lescún al fondo. |
Ruta ascensión Mesa d ós Tres Reis.





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